Por Nicolas Mentech
El pasado miércoles 23 de noviembre nos reunimos parte del grupo de voluntariado de Economistas sin Fronteras en el Mercao Social de Granada. El objetivo del encuentro fue debatir sobre la Agenda 2030, y más concretamente, sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para este debate nos apoyamos en la conferencia de Koldo Unceta, “De los ODM a los ODS: análisis y valoración crítica de la nueva Agenda 2030”.
Antes de nada ¿qué son los ODS?
Los ODS son una suma de 17 objetivos y 169 metas de desarrollo internacional lanzada por la ONU, para el periodo 2015-2030, por eso se les conocen también como “Agenda 2030”. Pero estos objetivos no nacen de la nada, son la evolución de los pasados ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) que debían alcanzarse en el periodo entre el año 2000 y el año 2015. Terminado este periodo, se pueden sacar algunas conclusiones, y el resultado, no es brillante: solo dos objetivos han tenido un alcance significativo y aunque hay avances en casi todos los ámbitos, éstos son cuestionados (por ejemplo, se ha avanzado en el acceso al agua pero ésta no es potable). Por otro lado, según Koldo Umceta, los esfuerzos con los ODM se centraron en la reducción de la pobreza extrema dejando a un lado otras variables de desarrollo. Sin embargo, parece ser que los ODM han sido un primer paso para una estrategia de desarrollo más amplia. En 2012, se celebra Río+20, la Conferencia sobre el Desarrollo Sostenible, dónde se plantea cómo construir una economía ecológica para lograr el desarrollo sostenible y en el que se establece un grupo de trabajo abierto para desarrollar un conjunto de objetivos de desarrollo sostenible, los ODS.
Sobre esta base inició el debate en el mercao social, centrando un primer tiempo en destacar, desde una visión crítica de l@s participantes y partiendo de los objetivos anteriores, las ventajas y desventajas de los ODS.
Con cierta intencionalidad positiva, destacamos como ventajas su carácter más universal, ya que cubren más necesidades de desarrollo que los anteriores. Por ejemplo, abre mas el concepto de pobreza, tomando en cuenta otros factores como el aumento de las desigualdades dentro de un país, aunque la pobreza baje en términos absolutos. Por otro lado, toca temas anteriormente ninguneados, como: ¿Qué tipo de urbanización queremos? ¿Qué sistema productivo queremos? ¿Cómo queremos consumir? Y otros mas que no entraban en los criterios de los ODM.
Esta ampliación de los temas es el resultado de una implicación más grande de la sociedad civil en la construcción de estos objetivos, lo que a su vez nos pareció un avanzase significativo.
Otro aspecto positivo, es el hecho de que existan estos objetivos y que sirvan como esqueleto para la construcción de políticas sociales o de desarrollo de todos los países del mundo. Eso permite implicar a todos los ministerios de todos los gobiernos a afrontar los cambios necesarios para lograr en conjunto mejorar las problemáticas de desarrollo. En conclusión, se señaló que más vale que estos objetivos estén en la mesa y permitan guiar una lógica de desarrollo común y coherente.
Sin embargo, la cuestión de la coherencia llevo el debate a un cierto escepticismo del grupo hacia lo que representan realmente estos ODS. Asimismo, se planteó la cuestión del cumplimiento de los objetivos por parte de todos los países. Y algo que nos llamó la atención, fue el carácter intencional de las medidas tomadas y la ausencia de compromiso real hacia a la comunidad internacional de cada país. Esta identificación, nos llevó a la reflexión sobre la ausencia de poder y legitimidad de la ONU para sancionar a los países que no cumplan los objetivos de la Agenda 2030.
Se destacó también cierta hipocresía de parte de los poderes mundiales, dado que en la conferencia de Koldo Unceta, se demuestra que para algunos de los objetivos (reducción de los asentamientos urbanos, reducción del cambio climático, reducción de la desigualdades, protección de los océanos) la tendencia de desarrollo mundial va totalmente a contra mano de lo que sería necesario para alcanzar estos objetivos.
Otro punto que marcó el debate, es la ausencia total de objetivos hacia una fiscalidad mundial más coherente y más equitativa, considerándose que éste sería un tema tabú ya que tendría consecuencias no deseadas para el sistema financiero capitalista y dominante actual. Sin embargo, esto permitiría incidir en los cimientos de una estructura desigualitaria que se extiende cada día un poco más. Como ejemplo a esta tendencia, destacamos a China, país que ha reducido de manera importante el nivel de pobreza entrando con los dos pies en el sistema capitalista, pero, a su vez, demostrando un aumento considerable de su desigualdad.
Todas estas reflexiones, nos llevaron a nuestra principal conclusión: no hay transformación mientras haya sistema capitalista, y más que una serie de reformas serían necesarias ciertas revoluciones para llevar a cabo una coherente Agenda 2030.
Uno de las propuestas que salió de este debate fue la coherencia de las políticas públicas, tema ya trabajado por EsF y que nos pareció muy pertinente frente al marcado juego a dos bandos de gobiernos que se suman a estos objetivos, y que por otro lado, generan políticas públicas contrarias a la consecución de los mismos. Con esta lógica, l@s miembr@s del debate plantearon la oportunidad de contar con el Índice de Coherencia de Políticas (http://www.icpd.info/informe-2016/) para el seguimiento de la agenda y, en general, para el análisis de las políticas de desarrollo.
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Saludos y éxitos
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Me parece interesante el análisis de este tema, ya que en la realidad las cosas son diferentes en cada país y mas aún en cada territorio mas cercano a la ciudadanía. Es imprortante que este espacio se genere en un debate global o por lo menos en los de habla hispana para seguir comprendiendo tanto los ciudadan@s en conocer sobre los ODS.
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Atte
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Bruno Carrasco Andrade
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Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos de la Prov. de Santa Elena – Ecuador
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