Tras la aprobación el pasado mes de marzo del Real Decreto 6/2019 y la medida del Gobierno vasco para adelantar los plazos establecidos para la equiparación de los permisos de maternidad y paternidad -ahora permisos por nacimiento o adopción- prevista en 2021, nos parece oportuno hablar de ello en este post.
Esta medida supone un gran avance hacia la corresponsabilidad, reconociendo a los hombres una igualdad de derechos y por tanto de responsabilidades (!) en las tareas de cuidado de menores por nacimiento o adopción.
Las medidas aprobadas son un claro reconocimiento de lo deseable y beneficioso que es construir una sociedad corresponsable y en ese sentido, nos debemos alegrar de su aprobación, aunque no debemos dejar de subrayar algunos aspectos en los que consideramos que el legislador no ha tomado la decisión más transformadora hacia una sociedad igualitaria.
Como dice la PPiiNA (Plataforma por Permisos Iguales e Intransferibles de Nacimiento y Adopción), asociación feminista que ha impulsado esta reforma, la medida tiene 3 objetivos claros:
luchar contra la discriminación laboral que sufrimos las mujeres
contribuir a una socialización de género igualitaria
potenciar el papel cuidador de los hombres
En efecto, esta medida no solo beneficia a los nuevos padres y madres y a sus bebés, también aspira a acabar con la discriminación laboral a la hora de contratar mujeres en edad de tener hijos/as. Pero para ello es necesaria además, la implicación efectiva de los hombres, para que hagan uso de esta prerrogativa en la misma medida que las mujeres. Es decir, es necesario que se establezca un cambio de cultura empresarial (y social) en la que la norma sea, también para los hombres, hacer uso de la totalidad del permiso y no solo de la parte obligatoria.
El segundo objetivo responde al hecho de que, al asumir ambos progenitores las mismas responsabilidades y un reparto equitativo de las tareas, el/la niño/a recibe desde un primer momento mensajes de socialización igualitarios, es decir no percibe una diferencia entre el papel de las mujeres y de los hombres en relación a los cuidados. Pero una vez más, para que esto sea realmente así, es necesario que los hombres asuman la misma responsabilidad en los cuidados que la que vienen asumiendo las mujeres. Se trata, no solo de hombres cambiando pañales o dando el biberón, acostando al bebé o jugando con él/ella, hablamos de una verdadera y completa asunción de responsabilidades, desde la conocida como “carga mental” de anticipar, prever y organizar las tareas sin olvidar nada, hasta la realización de tareas secundarias y menos visibles que conlleva la gestión diaria de una casa y una familia, velando por el bienestar de las criaturas y su felicidad.
Para lograr por tanto que los hombres asuman estas responsabilidades de manera autónoma, desde la PPiNA y las entidades que apoyamos sus reivindicaciones, entendemos que es fundamental que los permisos no se disfruten de manera simultánea. La simultaneidad obligatoria que se ha establecido en la norma aprobada, no facilita esta transición hacia una asunción equitativa de las responsabilidades en los cuidados, sino que favorece que las mujeres sigan ocupándose de esas tareas de organización, anticipación y previsión en los cuidados, ese continuo “estar pendiente”.
Lo mismo sucede con la aspiración de potenciar el papel cuidador de los hombres. Es necesario poner condiciones que, no solo permitan, sino que “empujen” a los hombres a asumir de manera autónoma ese papel cuidador. Nadie sabe a priori cómo se cuida a un/a recién nacido/a, es un aprendizaje progresivo, y como en todo aprendizaje, se van desarrollando las capacidades a medida que se participa en el proceso.
Por todo ello, esta nueva normativa que sitúa al Estado español en el país de Europa referente en materia de igualdad y corresponsabilidad, necesita ser mejorada desde los poderes públicos con la disminución de la simultaneidad obligatoria, y desde las empresas y los hombres hacia un cambio cultural y organizacional que fomente la asunción por parte de los hombres de una responsabilidad personal, familiar y social en cuanto a los cuidados y reposicione la centralidad de lo laboral que muchos y algunas tenemos.
Todo ello para contribuir hacia una sociedad más igualitaria, justa y en la que los cuidados sean valorados y reconocidos, dándoles el lugar central que deben tener para garantizar la sostenibilidad de la vida.
Claro que queda por hacer en cuanto a corresponsabilidad se refiere: son necesarias nuevas medidas por parte de los poderes públicos que faciliten y distribuyan el cuidado de la infancia más allá de los primeros meses, y es necesario que las parejas asuman que un reparto igualitario de los cuidados tiene beneficios mucho más allá de lo personal y familiar.
Queremos reconocer y agradecer el trabajo que hace la PPiiNA, y animamos a la gente a que se sume a esta plataforma ya que, aunque hemos conseguido dar un gran paso adelante, no podemos dejar de caminar. Aupa PpiiNA!!!
*A continuación presentamos las modificaciones que supone la nueva legislación para mayor claridad: