YO NO RENUNCIO. Mi historia de no conciliación

Autora de la reseña: Sofía Darnay.

El libro “Yo no renuncio” cuenta la historia personal de una “Malamadre” que tuvo que dejar de lado su carrera profesional tras tener a su primera hija, una situación totalmente normalizada pero que aun así no es justa. Laura Baena Fernández, fundadora del Club Malasmadres, parte de su experiencia para hablar de una realidad invisibilizada que afecta a cientos de miles de mujeres en nuestro país: cómo la maternidad acaba penalizando a las mujeres en el ámbito laboral y en lo personal. Valiéndose de la colaboración de su compañera de lucha -la socióloga Maite Egoscozabal- y de la voz de muchas mujeres, la autora nos abre los ojos ante nuestras creencias sesgadas sobre maternidad, invitándonos a reflexionar y a reaccionar. Todo ello para impulsar una revolución cultural que rompa con el silencio de las madres sobre sus vivencias y que genere un cambio social real.

  • Autora del libro: Laura Baena Fernández
  • Editorial: Lunwerg Editores
  • Fecha: 2022
  • Páginas: 344

Reseña:

El punto de partida de este libro y la pregunta que sobrevuela todo el texto es: ¿hasta cuándo las madres van a tener que seguir eligiendo? Según un estudio del Club de Malasmadres, 6 de cada 10 mujeres renuncian a su carrera profesional, y no debido justamente a un deseo personal, sino a la suma de factores que atraviesan a todos los individuos que somos parte de este entramado llamado sociedad.

Es por esto que este libro es tan necesario -para todos y todas- ya que destaca la importancia de entender que la solución no puede sólo caer en la libre conciencia empresarial, esperando que tomen otras decisiones, trata también de cambiar el relato que se ha instalado en la sociedad de esa mujer superwoman que puede con todo, por ejemplo, como describe el libro: “En el primer trimestre de 2021 el 85% de las personas que dejaron su empleo de manera temporal para cuidar de sus hijos o hijas fueron mujeres, y renunciar nunca fue la solución”. Así también dice que, si bien “la vida es la suma de nuestras renuncias”, mirando con perspectiva es muy injusto que una mujer renuncie a su deseo de ser madre por la falta de recursos, falta de apoyos, por la falta de derechos sociales que deberían de ser propios, sobre todo cuando van a darle a la sociedad lo más importante: la vida, el futuro.

Laura Baena Fernández se basa en datos, estadísticas y su experiencia personal para escribir éste libro interesantísimo (y en ocasiones indignante) porque pone al descubierto las renuncias de las mujeres, que parecen elegidas pero no lo son, y sólo así se podrá poner fin a la desigualdad y conseguir que las legítimas reivindicaciones que, en definitiva, nos involucran a todos y todas, y que si ELLAS y su rol en la sociedad está valorado, regulado, cuidado, sin duda alguna el bienestar de la sociedad será mejor.

La autora insiste en que existe una necesidad de revisar los relatos sociales que se crean en torno a la maternidad en los medios de comunicación, en la literatura, en la publicidad, o en el arte, cuestionando el ideal de madre que refleja una mujer plena y entregada que encuentra felicidad en torno a sus hijos. Es la construcción social de estas creencias las que ejercen presión sobre las propias mujeres y acaban provocando malestar, estrés o agotamiento y así también existe una necesidad de visibilización de mujeres referentes, modelos que se encuentran en el poder, siendo científicas, deportistas, y verlos como una posibilidad, como así mismo, hombres referentes que sean padres.

Abandonar un modelo de perfección que no existe, abandonar un sistema de creencias que, en vez de construir, oprime, y reivindicar un modo de vivir, y leyes que protejan e incluyan a todas y todos, porque es necesario dentro de este sistema económico donde las reglas no son justas. Para concluir, cito un fragmento de este libro, porque por más que yo intente describir en esta breve sinopsis, sus letras lo harán por sí solas:

“Existe una persona con la que tendrás que esforzarte para tener una relación fluida en la que impere la confianza. Tendrás que aportarle críticas constructivas, deberás ser benévola y no exigirle demasiado. Deberás ser consciente de que esa persona no es perfecta, de que no puede llegar a todo y que no por eso deberás juzgarla, sino comprenderla y apoyarla. Tendrás que entender que está atravesando una época con muchos altibajos. Por un lado, está contenta por la llegada de su bebé, pero a la vez es consciente de que la nueva situación le supera. Te tocará ser paciente, explicarle que todo pasa, que no está sola, que todos y cada uno de los sentimientos que le afloran son normales, que no tema explicarte y contarte que no todo es lo feliz que esperaba ser. Que a veces está triste y que a la vez se siente culpable por ello. Explícale que no ha de culpabilizarse…. No la juzgues.

Imagino que habrás comprendido que esa persona con la que tienes que trabajar esa relación es tu “otro yo”. Porque sí, porque en la mayoría de las ocasiones, nadie es tan crítica y dura consigo misma como nosotras. Date tiempo, mímate, y por supuesto, siempre que lo necesites, busca ayuda de profesionales que puedan ayudarte a cuidarte… y hazlo, cuídate! Pero, sobre todo, no tengas miedo a contarlo, a decirlo en voz alta. Tú eres valiente, y si no te sientes así que sepas que tienes todo el derecho del mundo a no serlo.

Te cuestionarás y plantearás constantemente el camino que hayas tomado, y no pasa nada. Tengas la edad que tengas, puedes pararte, pensar qué hacer y volver a coger tu camino. Siempre, siempre, siempre hay tiempo para rectificar. Pero recuerda, no seas dura contigo misma, no te juzgues ni juzgues. Cada una, con sus circunstancias, sobrevive de la mejor manera posible.

Y recuerda una cosa muy importante, tras la maternidad nunca volverás a ser igual que antes. Serás mejor, así que prioriza e integra que eres lo mas importante en tu mundo y en tu vida. Cuídate para cuidar.”

“Ser madre es maravilloso, es un amor que traspasa, y que a veces duele demasiado, que a veces importa demasiado y que la mayoría de veces no entiendes del todo”.

Por todas las valientes que decidieron ser madre, por las que escogieron no hacerlo también, por las que no pueden elegir, por nosotras, y por el bien de la sociedad, reflexionar sobre esta temática es algo esencial.

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