Escrito por Andrés Soberbio y Belén Fernández de Desafiando la Crisis
Ya va siendo hora de que saquemos a la luz una gran realidad: los seres humanos somos ecodependientes e interdependientes. Esto quiere decir que no podemos subsistir sin apoyarnos en la naturaleza y en los demás.
Hace mucho que sabemos (aunque no lo parezca) que el cuidado del medioambiente, el respeto a sus tiempos, es esencial para el mantenimiento de la vida, ¿o es que acaso puedes imaginar una vida sin agua, sin terrenos cultivables, sin aire limpio?
Pero además, como decíamos, somos interdependientes. La cooperacion, las relaciones sociales, y sobre todo, los cuidados son imprescindibles para el sostenimiento de la vida. «¿Los cuidados?» estaréis pensando alguns. Sí, los cuidados: todas esas tareas diarias que tods necesitamos para sobrevivir o para vivir una vida digna. Cuando somos bebés, ancians o estamos enferms esta necesidad se hace más evidente, pero un hogar limpio, una comida caliente o un hombro en un mal día también son parte del cuidado que tods precisamos.
Estos cuidados son desempeñados principal y tradicionalmente por mujeres, lo que ha puesto una carga inconmensurable y desigual, una carga de la que tods deberíamos ser corresponsables, sobre los.hombros tan sólo de la mitad de la población mundial, o ni tan siquiera.
El problema es que el sistema capitalista actual ignora deliberadamente estas dependencias, presuponiendo que podemos sostener la economía global a través de tareas de producción, extracción y consumo exclusivamente, sin necesidad de prestar atención a las tareas de reproducción de la vida.
La Economía Social y Solidaria (ESS) como base del modelo productivo alternativo al sistema capitalista tiene mucho que aportar tanto a la crisis ambiental como a la crisis de los cuidados. Atendiendo a lo principios de la Carta Solidaria de REAS vemos que se presentan diversas acciones con las que se podría dar solución a algunos de los problemas presentes en ambas crisis. Así pues la sostenibilidad, la cooperación, el compromiso con el entorno y la ausencia de ánimo de lucro, que son la base del modelo económico Social y Solidario, podrían ser también la base de una nueva estructura económica y social compatible con la vida.
Frente a las injusticias de género, la ESS defiende férreamente la igualdad, que proporcionaría a mujeres y hombres un espacio laboral en el que no existiría división sexual del trabajo, ni techos de cristal, ni discriminación salarial. Con esto, además, se extendería una interiorizacion global de la igualdad de género: todas nos consideraríamos iguales ante todas, sin diferencias.
Y hablando del trabajo, hay que destacar que en la ESS se valora no solo el trabajo remunerado sino también el trabajo de los cuidados y el trabajo voluntario. En la ESS se habla de trabajo como algo más que una relación económica con retribución monetaria, se define además como una relación social, política y también económica en un sentido más amplio del término (más allá de la perspectiva reduccionista: economía = intercambio monetario).
De esta manera, la conciliación laboral y familiar igualitaria es posible, la cooperación entre las personas y las organizaciones se convierte en un pilar fundamental y se plantea la reducción de la jornada laboral como una posibilidad deseable para todas.
Por lo tanto podemos afirmar que la ESS, en la que todos estos valores son posibles, no es un modelo meramente deseable, sino que se muestra absolutamente necesario para que la vida siga siendo posible en el planeta.
Si tú también quieres apostar por una economía que ponga la vida en el centro, apoya nuestra Campaña por una Año Europeo de la Economía Social y Solidaria, firma nuestra petición.

Una respuesta a «La Economía Social y Solidaria y los Cuidados»