El petróleo se ha convertido en el hilo conductor que explica los movimientos de las economías internacionales entre fases de crecimiento y crisis, a base de razones geopolíticas que acarrean graves consecuencias medioambientales para las naciones y, especialmente, exigiéndose una altura de miras por parte de nuestros políticos, quienes ya deberían estar abordando un cambio de modelo energético para nuestro país.
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