Si la sociedad quiere trabajar contra la discriminación debe combatirla en todos los ámbitos y la empresa es uno de ellos y uno especialmente importante. Trabajar por llegar a acuerdos, establecer negociaciones constructivas, evitar retrasos innecesarios, cumplir los acuerdos e implementarlos y permitir que los trabajadores tengan tiempo para participar y tener la suficiente información sobre la empresa son cuestiones que toda empresa por pequeña que sea tiene la responsabilidad de realizar.
Según el Directorio Central de Empresas (DIRCE), del total de empresas existentes en España el 99,88% son PYMES (entre 0 y 249 asalariados). El mismo porcentaje se repite a nivel de la UE de los 28. Las pequeñas y medianas empresas son imprescindibles por tanto, para el cambio hacia una economía justa y solidaria. Su adecuado funcionamiento es esencial para un crecimiento sostenible, inclusivo e inteligente. Son las que en definitiva generan empleo y hacen posible, junto con otros actores, la construcción de nuestra sociedad.
Por ser un actor tan importante tienen un reto ineludible, ser conscientes de su responsabilidad. La RSC no puede verse ya, a estas alturas, como un coste para las PYMES sino como un factor estratégico para su viabilidad y su sostenibilidad en el tiempo, así como para su posicionamiento y su diferenciación en los mercados. Tener en cuenta los impactos ambientales y sociales de las empresas en el ámbito local en el que se encuentran son cuestiones de gran importancia para un buen desarrollo de la actividad empresarial.
¿Qué pequeña empresa no quiere fidelizar a los clientes, reforzar su idea de marca o mejorar su posicionamiento? Trabajar por los derechos humanos y la igualdad dentro de la organización es un comienzo. La integración de los derechos humanos en el modelo de negocio es una de las recomendaciones que se hacen desde la Red Española del Pacto Mundial de Naciones Unidas. Los 10 Principios de este Pacto hacen hincapié no sólo en materia de derechos humanos sino también en condiciones de trabajo, medio ambiente y anticorrupción. En todos estos aspectos también las PYMES tienen que reflexionar para cumplir su papel en una sociedad más justa con los ecosistemas y con el hombre.
Las normas laborales se abordan en varios principios. Uno de ellos es la libre afiliación y el derecho a la negociación colectiva, proceso voluntario para determinar las condiciones de trabajo y regular las relaciones entre empresarios y trabajadores. La negociación en el seno de las empresas debe ser un proceso democrático, sin imposiciones, trabajando por la igualdad entre empleadores y trabajadores. Muchas empresas tienen integrados estos procesos de forma natural pero otras no trabajan de la misma forma. Algo tan simple como debatir y negociar las condiciones de trabajo de forma democrática, participando en igualdad real de condiciones empleador y empleado, es un buen comienzo para introducir la RSC en la empresa.
Trabajar por llegar a acuerdos, establecer negociaciones constructivas, evitar retrasos innecesarios, cumplir los acuerdos e implementarlos y permitir que los trabajadores tengan tiempo para participar y tener la suficiente información sobre la empresa son cuestiones que toda empresa por pequeña que sea tiene la responsabilidad de realizar. Muchas empresas lo hacen, otras lo intentan, algunas ni se lo plantean.
Otro punto clave para trabajar a favor de la igualdad es la selección de personal. Cuando se selecciona a los empleados sobre la base de su idoneidad para realizar un trabajo y no se realizan distinciones, exclusiones o preferencias por otras razones se está siendo responsable. Quienes padecen discriminación en el trabajo ven vulnerados sus derechos fundamentales.
Esta pérdida de oportunidades no sólo afecta a la persona en cuestión, además influye negativamente sobre la contribución que podría hacer a la sociedad. Si la sociedad quiere trabajar contra la discriminación debe combatirla en todos los ámbitos y la empresa es uno de ellos y uno especialmente importante. Si en una empresa se unen trabajadores de diferentes razas, sexos y edades y todos ellos reciben el mismo trato se genera un sentido de propósito común. El trabajo y los proyectos nacen con mayor fuerza y la fuerza sostiene a la empresa. Las PYMES se vuelven más sostenibles, más respetuosas con la sociedad en la que se encuentran sus raíces.
Trabajar por la igualdad
En la empresa existen gran variedad de situaciones en la que la discriminación aparece. No sólo se encuentra en el acceso al empleo o a determinadas ocupaciones, también en la formación que se ofrece a los empleado, en la cláusulas y las condiciones de contrato de empleo, distintas remuneraciones, número de horas y de descanso, vacaciones pagadas, baja maternal, seguridad en el puesto de trabajo, política de ascenso. Son situaciones en los que la PYME también debe trabajar para que exista una igualdad real y una defensa de los derechos fundamentales de todos los ciudadanos. La discriminación no tiene un escenario preferido, al contrario puede surgir en cualquier tipo de empresa, desde una empresa dedicada a la agricultura en un entorno rural a una empresa tecnológica en un entorno urbano. Por ello es importante que todas las PYMES estén alertas para trabajar en favor de la igualdad y los derechos humanos.
Muchas pequeñas empresas están trabajando ya en esta dirección y el paso que les queda por realizar es dar a conocer todo su trabajo, ponerlo en valor. La comunicación es vital no sólo como forma para posicionarse en el mercado de forma distintiva sino también para obtener financiación tan difícil en estos momentos. Para potenciar los esfuerzos que en este sentido están llevando a cabo muchas pequeñas empresas es importante avanzar en grupo. Trabajar en el territorio es una opción muy interesante ya que las pequeñas empresas se encuentran en una posición cercana a la sociedad en la que están radicadas. Ser conscientes de las relaciones no financieras que se establecen entre la empresa y sus grupos de interés y entre la empresa y la sociedad es importante para avanzar porque no todo se reduce al ámbito financiero en las empresas.
Los seres humanos, no hay que olvidar pertenecemos a un ecosistema, las empresas creación de los hombres también están inmersas en ese ecosistema, con sus límites y sus reglas. Las empresas que trabajan por la sostenibilidad, la justicia, la igualdad y los derechos fundamentales hacen que el ecosistema al que pertenecemos siga funcionando y no se colapse. La gran responsabilidad que tienen las PYMES tiene que llevarlas a reflexionar y a trabajar por un mundo más justo con una economía diferente donde primen las personas motor para que con posterioridad se hable de beneficios económicos.