Crónica «Otras formas de entender y medir nuestras vidas» por Natalia Sánchez Labrador

El primer día de las jornadas tuvimos el placer de aprender con Rafael Muñoz de Bustillo sobre el Índice Foessa de Bienestar.

Nos cuestionaba cual podría ser el sentido de crear un índice alternativo, otro más, haciéndonos comprender la importancia de conocer información de la sociedad para orientar su desarrollo desde una dimensión social y solidaria. Era necesario un buen indicador de bienestar social.

Esto es un tema complejo y más aun si se trata de medir el grado de bienestar de la población. A falta de otro, es el PIB, un indicador monetario relativamente moderno, el utilizado hoy en día como indicador del bienestar.

A todos nos han enseñando que el PIB es un índice que mide la producción de bienes y servicios producidos en un país. Sin embargo, en esta definición hacen falta unos matices.

El PIB da lugar a insatisfacciones al ser utilizado en áreas que no le corresponden provocando imperfecciones a la hora de medir el bienestar económico. Véase el ejemplo que un aumento de las exportaciones del país no hace que aumente nuestro bienestar, no somos más felices. Tenemos que tener en cuenta que el crecimiento económico no genera bienestar, que ambos están marcados por caminos dispares. De este punto partimos para la creación de índices alternativos.

El IFBS es un indicador  alternativo no monetario y por tanto posee gran importancia la igualdad.

Este índice presenta el primer elemento divergente respecto al PIB con el olvido de la producción y centrándose en el ámbito de la producción vinculado al consumo como al bienestar. A pesar de ello, discrimina al consumo pues no todo consumo genera bienestar. Así, el indicador Foessa incorpora elementos relacionados con el desempleo, seguridad etc. Es decir, elementos más cercanos a la población.

Su propuesta incorpora cuatro dimensiones aunque de partida tuvo que dejar la dimensión medioambiental ya que había muchísimos indicadores. Por tanto se centra en el ámbito del bienestar material, capital social, distribución y seguridad con sus indicadores correspondientes.

Haciendo hincapié en la importancia de una agregación de todo para resolver el problema. A pesar de que lo ideal de un indicador de bienestar es que fuese individualizado y a partir de ahí formar una visión completa.

Vemos una exposición llena de conocimientos desmintiendo una creencia muy común en todos los estudiantes y oyentes de la jornada como es ‘’el crecimiento económico genera un crecimiento del bienestar y de ahí el PIB como un buen indicador’’.

 

Por Natalia Sánchez Labrador.

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