De sentido común

El 2 de marzo el grupo de voluntariado de Economistas sin Fronteras de Granada organizamos y asistimos al seminario “El Buen Vivir más allá del desarrollo: de lo local a lo global”con la presencia de una institución en este tema como es Eduardo Gudynas, cuestionándonos: ¿qué es el Buen Vivir? 

El “Buen Vivir” es un modelo de desarrollo el cual plantea que el mundo no puede seguir viviendo en el concepto de competitividad, sino desde la cooperación entre las personas y con la naturaleza y apuesta por la no mercantilización de la misma, es decir, presenta un equilibrio las personas y la naturaleza que nos permita seguir desarrollándonos como sociedad. Gudynas advierte de que el “Buen Vivir” no es un elemento extrapolable a cualquier civilización, no es una receta de cocina que se pueda aplicar por igual a cada región sino un proyecto de desarrollo abierto, el cual permite modificaciones acorde a cada estructura de país. Además, Gudynas afirma, “la globalización no es mala, sino que debe ser acorde a las formas de vida locales”, Gudynas está a favor de la DSC04189exportación de cultura y la gran importancia que esta tiene, pero en todo momento sin olvidar la cultura local. Los críticos a esta alternativa presentan el buen vivir como una vuelta al pasado, a las culturas indígenas de latinoamérica. Le lanzamos esta opinión a Gudynas contestando él  que, el “Buen Vivir” no es una vuelta a la cultura indígena sino que, esta alternativa acoge lo mejor de cada cultura e intenta agruparlas y por eso se las relaciona. Pero el “Buen Vivir” no es en absoluto un retroceso al pasado, sino un paso hacia el futuro, sin dejar de lado los saberes de tiempos anteriores que han sido útiles y valiosos para el bienestar de las sociedades en dichas épocas de la historia.

Durante el seminario Gudynas nos habló sobre los avances que se han realizado sobre este modelo de desarrollo en Ecuador y Bolivia, llegando a introducir los Derechos de la Naturaleza en la constitución ecuatoriana, donde se reconoce como sujeto de derecho. A partir de esto, Gudynas criticó la forma de crecimiento de gran parte de los países del sur de América, basado en el aumento continuado del PIB a través de la exportación de los abundantes recursos naturales propios de estas regiones. Juzgó la sostenibilidad de esta forma de “desarrollo” y aclaró que esto no quiere decir que el “Buen Vivir” esté en contra de la extracción de recursos, sino que ésta se haga de forma sostenible con el planeta, teniendo en cuenta a la naturaleza como un ente que debemos utilizar para el bien común pero sin agotarlo, siendo razonables con las necesidades de ésta.

Desde el grupo de voluntarios y voluntarias llegamos a la conclusión de que el buen vivir es un modelo de desarrollo que está en continuo cambio y adaptación, una alternativa consistente en contemplar una forma de entender la vida junto con la naturaleza, sin dejarla de lado en las decisiones que tomemos, recordándonos que el ser humano no está sólo en el planeta, sino que convive con multitud de seres. Es decir, el buen vivir es una relación de simbiosis entre humano y naturaleza, que más que un modelo revolucionario, a nuestro entender, es una forma razonable y coherente de entender el desarrollo. En otras palabras, es sentido común.

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