Desafiamos la crisis en Canfranc

Italianos, griegos, rumanos, checos y españoles. En total, casi treinta jóvenes europeos con ganas de aprender sobre sostenibilidad, de conectar con la naturaleza y de encontrar nuevas formas de vivir respetandonos y respetando el medioambiente. Treinta jóvenes inquietos que convivimos durante diez días en el valle de Canfranc, a la sombra de los Pirineos. Gracias al proyecto “Green Lifestyle”, un intercambio juvenil Erasmus +, tuvimos la oportunidad de disfrutar durante casi dos semanas, el pasado octubre, del incomparable paisaje de Canfranc, un pequeño pueblo jacetano a un paso de la frontera con Francia, encajado en un valle pirenaico y con muchísima historia que contar. Allí, la asociación zaragozana “Viaje a la Sostenibilidad” había organizado unas jornadas en las que, día a día, iriamos aprendiendo sobre diferentes temas relacionados con la sostenibilidad y cómo perseguirla en nuestra vida cotidiana: cómo hacer productos caseros y ecológicos como pasta de dientes, jabón, o deliciosa pasta fresca desde la mismísima Italia, cómo consumir de manera consciente y crítica, cómo conectar con la naturaleza utilizando todos nuestros sentidos… Y entre todos estos talleres, debates y actividades interesantísimas, me dejaron un huequito para hablar sobre otra forma de cambiar nuestro día a día, otra forma de caminar hacia un estilo de vida más sostenible: la Economía Social y Solidaria. En nuestro cuarto día entre montañas, nos tocaba aprender sobre consumo local y de temporada, así que no podía dejar pasar la oportunidad de contarles a mis compañeros cómo desafiamos la crisis y cómo transformamos la economía a través de nuestros consumos diarios, pasándonos a la Economía Social y Solidaria. Y como en “Green Lifestyle” uno de los objetivos era aprender divirtiéndonos, me llevé nuestros #TendalESS y saqué la colada solidaria, una vez más. Con la ayuda de Serbal, Carlos, Cristina y Bogdan, los organizadores del intercambio, nos dividimos en tres grupos para reflexionar sobre nuestras actividades cotidianas, qué hacíamos a lo largo del día y, sobre todo, cómo lo hacíamos. Aquí fue muy interesante observar las diferencias entre las costumbres diarias de unos y otros, en función de nuestros países de origen. Teníamos compañeros checos que practicaban el “dumpster diving” para combatir el desperdicio de comida, compañeras italianas en cuyas casas siempre se hacía comida casera con productos locales, de sus propios huertos o de los de los vecinos… Descubrimos también el peso tan desigual que tenía la Economía Social y Solidaria en los diferentes territorios europeos: mientras que en unos países estaba presente y muy extendida, en otros ni siquiera se conocía el término. Tras este rato de reflexión, durante el cual yo iba colgando las prendas con las diferentes actividades en nuestros cuatro tendales, mis compañeros se pasearon entre ellos tratando de averiguar por qué había colgado cada cosa en cada tendal, qué significaba cada uno de ellos. En una lluvia de ideas algo caótica fueron saliendo nombres para los tendales: cosas gratis, comercio justo, mercado, consumo crítico, ocio… Finalmente, fui descubriendo los verdaderos nombres de nuestras cuerdas, cada una de ellas representando un grupo de actividades económicas o un tipo de mercado: mercado convencional, sector público, mercado social y solidario y economía invisible.IMG_6164 Brevemente, expliqué cada uno de ellos, centrándome en el mercado social y solidario, y los principios que rigen esta otra forma de economía, y también haciendo hincapié en la importancia de sacar a la luz la economía invisible, darle el valor que tiene y entender que también son actividades económicas. En economía invisible incluimos todas aquellas actividades que sIMG_6169on absolutamente imprescindibles para la vida pero que no tienen precio, y por tanto no tienen valor alguno en un sistema capitalista. Hablamos del ocio creativo y sin consumo, de la lectura, de salir a pasear, de charlar con tu pareja… Y también hablamos de las tareas de cuidados, todas esas actividades diarias, esenciales para el mantenimiento y la reproducción de la vida (cuidar de las personas dependientes, de los niños, los ancianos, hacer las tareas del hogar, cuidar de los enfermos, cocinar…) y que históricamente han caído sobre los hombros de las mujeres. Manteniendo invisibles todas estas actividades, estamos manteniendo invisible también la carga que recae sobre las mujeres, que se suma en muchos casos a su carga laboral remunerada, y por tanto estamos manteniendo invisible la desigualdad de género imperante. IMG_6167 Durante todas las explicaciones de cada uno de los tendales mantuvimos un diálogo abierto entre todos y todas, lleno de preguntas y comentarios, que fue realmente enriquecedor. Pudimos compartir opiniones y puntos de vista sobre la economía social y solidaria, sobre la economía de cuidados, sobre el sistema capitalista, sobre el género… Recibir las experiencias y las ideas de tantas personas de mi edad, pero con bagajes y culturas tan diversos fue interesantísimo.   Cerré la actividad presentando la campaña de Desafiando por un Año Europeo de la Economía Social y Solidaria. Les expliqué nuestros objetivos de incidencia política y sensibilización, cómo queremos difundir y promover la Economía Social y Solidaria entre toda la ciudadanía para que cada vez más y más gente la tenga presente en su día a día, y cómo queremos trasladar el apoyo ciudadano que ya tiene la ESS hasta los políticos europeos para que se incluya de una vez por todas en la agenda de la UE y de los Estados miembros. Les conté, en definitiva, cómo tantos jóvenes europeos, igual que ellos y ellas, estábamos desafiando a la crisis y atreviendonos a cambiar una economía que no nos gusta. Los jóvenes europeos apostamos por la economía social y solidaria. Súmate a nosotros y firma la petición Nuevo Banner La campaña «La Economía, para las personas» cuenta  con el apoyo de diferentes organizaciones europeas como son: Economistas sin Fronteras, Coordinamento di Iniziative Popolari di Solidarietà Internazionale,  Fondazione Culturale Responsabilità Etica, Instituto Marquês de Valle Flôr, Slovenian Global Action  y también con el apoyo de la Comisión Europea, La Agencia Española y Andaluza de Cooperación Internacional para el desarrollo, dentro de los proyectos «Desafiando la crisis» y «Universitari@s por una economía más justa, Andalucía-fase II» respectivamente, el Ayto. de Donostia y la Diputación Foral de Bizkaia.

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