Las entidades aún tienen mucho trabajo por delante para integrar correctamente las Cuentas de Pago Básicas (CPB) en el sistema financiero español. Esta es una de las conclusiones principales que se desprenden del estudio Las Cuentas de Pago Básicas en el Sistema Financiero Español – 2019 que hemos presentado en las V Jornadas Educación Financiera Familiar y Pobreza Energética, realizadas entre el 13 y el 15 de abril.
De hecho, y tal y como ha comentado Beatriz Fernández Olit, nuestra representante en estas jornadas -organizadas por la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan-, “los bancos españoles han hecho los deberes, pero sin esmero”.
Lo que significa que, tal y como refleja el estudio, aunque se intentaba cumplir la normativa tras las modificaciones realizadas en el ámbito de las CPB, en 2019 había diversas entidades financieras que hacían una interpretación ciertamente subjetiva y laxa de la misma.
Combatir la exclusión financiera
En el marco de los servicios de pago básicos, las CPB ayudan a combatir la exclusión financiera a la que se enfrentan los colectivos socialmente más vulnerables. Por ello, además de analizar el cumplimiento de la norma y evaluar la calidad de los servicios o el acceso efectivo a las CPB, nuestro estudio buscaba valorar las buenas prácticas o los pasos que daban las entidades para poder ser considerados negocios bancarios responsables.
Y estas últimas fueron, precisamente, las asignaturas en las que apenas encontramos aprobados entre los bancos. Así, por ejemplo, la correcta visibilidad de la información o la accesibilidad al producto apenas se cumplía, respectivamente, en el 46% o el 53% de las entidades. O, en lo que a conocimiento del producto se refiere, no llega al 8% el número de entidades que ofrecen adecuadamente las CPB a las personas en situación de vulnerabilidad.
Seguimiento de la web
Igualmente, en el estudio analizamos el cumplimiento de la normativa en las páginas web de las diferentes entidades que, previa o simultáneamente, habíamos investigado en sucursal siguiendo el sistema del mystery shopping (un equipo de tres supuestas consumidoras visitó diversas entidades seleccionadas aleatoriamente para obtener la información necesaria).
En este ámbito, los resultados no fueron mucho más favorables. De hecho, el estudio destaca la escasa o, incluso, errónea información que se ofrecía también online. Aunque, tal y como ha explicado Beatriz en su intervención, el problema es que, un año después, “las entidades financieras siguen sin mejorar este aspecto” -el único en el que hemos podido hacer un pequeño seguimiento dadas las circunstancias actuales, marcadas por la pandemia-.
Propuestas de Economistas sin Fronteras
Así, y aprovechando la oportunidad que nos han brindado desde la Fundación de Familias Monoparentales Isadora Duncan, hemos reiterado la importancia de impulsar la demanda de CPB mediante la colaboración de múltiples partes interesadas.
En esta línea, proponemos a los bancos la creación de un tipo de marketing mucho más proactivo, a las autoridades públicas la realización de campañas informativas más eficientes, y a las ONG o servicios sociales que difundan la información y ofrezcan un buen asesoramiento sobre las CPB entre la población más vulnerable.