ELINOR OSTROM

Nació en California, EEUU en 1933. Fue politóloga de formación y economista de profesión. Fue la primera persona en su familia en tener un título universitario.
En esa época, señala la propia Ostrom, una mujer no tenía grandes aspiraciones laborales; sin embargo, logró ser contratada en una empresa en Boston a los 21 años y se doctoró en Ciencias Políticas en la Universidad de California de Los Ángeles en 1965. Ha sido también profesora de Ciencia Política en la Universidad de Bentley, y codirectora del “Taller de Teoría Política y Análisis de Políticas” en la Universidad de Indiana. También fue la directora fundadora del Centro de Estudios de Diversidad Institucional en la Universidad Estatal de Arizona.
Se dedicó durante más de 50 años al estudio de casos de autoorganización y autogestión de recursos de uso común, con la intención de aprender y ampliar el ámbito de aplicación a más recursos y permitir que se tomen decisiones políticas que se fundamenten en la posibilidad de éxito de estas organizaciones.
- 2009 Elinor Ostrom fue la primera mujer en la Historia galardonada con el Premio Nobel de Economía, desde que se comenzaron a otorgar estas distinciones en 1969. Tenía entonces 76 años.
EL GOBIERNO DE LOS BIENES COMUNES. LA EVOLUCIÓN DE LAS INSTITUCIONES DE ACCIÓN COLECTIVA
En este libro “El gobierno de los bienes comunes. La evolución de las instituciones de acción colectiva” Ostrom presenta su investigación sobre distintas organizaciones comunales que gestionan bienes como explotaciones pesqueras, acuíferas, de pastizales o madereras. Los lugares en los cuales se desarrolla la explotación de estos bienes comunes son distintos: Suiza, Japón, España, Turquía, Filipinas, Canadá y Sri Lanka.
A partir de estos estudios de caso, llega a la siguiente conclusión: La posesión común autogestionada puede llegar a ser más eficaz que la gestión pública centralizada o privatizada.
Dicha conclusión supone un desbancamiento de la teoría enunciada por Hardin en 1968 denominada “La tragedia de los comunes” según la cual, los recursos naturales de uso colectivo inevitablemente derivan en una sobrexplotación y que, a largo plazo, son destruidos o agotados.
Conviene aclarar que Ostrom no está en desacuerdo con la posibilidad de adjudicar derechos de propiedad individual o administrar a través del gobierno central algunos de los recursos comunes para garantizar su uso eficiente, con lo que realmente no está de acuerdo es con la presunción de que la administración del gobierno central o los derechos de propiedad privada sean la única manera de evitar la tragedia de los bienes comunes.
En su investigación, Ostrom recoge 4 casos de éxito: la aldea Torben en Suiza, comunidades de riego en Filipinas y España, bosques comunales en Japón que prueban que la gestión cooperativa de recursos comunes en varios lugares del mundo y desde hace cientos de años funciona bien. Pero Elinor Ostrom no se limita a probar la existencia de estos casos de éxito, si no que va más allá para extraer los requisitos o condiciones necesarias que han garantizado el éxito de estas experiencias. Estas condiciones necesarias identificadas por Ostrom son:
- Existencia de límites definidos: no hay libre acceso
- Funcionamiento democrático y autónomo: los usuarios deben tener capacidad de diseñar y modificar las reglas
- Supervisión necesaria y transparente o Existencia de sanciones graduadas
- Mecanismos ágiles y accesibles para la resolución de conflictos
- Coherencia entre las reglas de apropiación y provisión y las condiciones locales, respetando la biodiversidad cultural y ecológica
Los casos de éxito en la gestión de los recursos de uso común responden a instituciones sólidas que han sabido adaptarse a los cambios cambiando sus reglas operativas cuando el contexto lo requería. Los usuarios de estos recursos desarrollan con frecuencia sofisticados mecanismos de toma de decisiones así como de resolución de conflictos.
Otro aspecto destacable que se desprende de su investigación es la conclusión de que, más allá del éxito o fracaso de las distintas experiencias estudiadas, no hay ningún caso de un bien común deteriorado ecológicamente durante su autogestión comunal.
Ostrom argumenta además que dichos resultados son congruentes con la condición colaborativa, no violenta y empática que nos definen a los seres humanos.
No hay ningún caso de un bien común deteriorado ecológicamente durante su autogestión comunal
ELINOR OSTROM- 1990. El gobierno de los bienes comunes. La evolución de las instituciones de acción colectiva.
- 1993. Incentivos institucionales y desarrollo sostenible: las políticas de infraestructuras en perspectiva. Ostrom, Elinor; Schroeder, Larry; Wynne, Susan
- 1994. Reglas, juegos y recursos comunes. Ostrom, Elinor; Walker, James; Gardner, Roy.
- 2003. Confianza y reciprocidad: lecciones interdisciplinarias de la investigación experimental. Elinor; Walker, James
- 2005. Comprendiendo la diversidad institucional.
- 2007. Vinculación de la economía formal e informal: conceptos y políticas. Ostrom, Elinor; Kanbur, Ravi; Guha-Khasnobis, Basudeb.
- 2007. Entender el conocimiento como un bien común: de la teoría a la práctica. Ostrom, Elinor; Hess, Charlotte.
Sorprende (aunque desgraciadamente no tanto) ver que, a pesar de gozar de un gran reconocimiento internacional, solo el Fondo de Cultura Económica de México ha editado su libro en castellano en dos tiradas limitadas.
Las conclusiones alcanzadas por Elinor Ostrom además de ser revolucionarias en su tiempo, lo son también hoy en día en el que el uso cada vez más privativo de los recursos se justifica con argumentos que el trabajo de Ostrom ha logrado desmentir como paradigma incuestionable. La visión fundamentalmente egoísta del ser humano sobre la que se basan los principales postulados del capitalismo queda desmentida con la investigación de Ostrom. Así, bien al contrario, queda probado empíricamente que la condición colaborativa y empática de los seres humanos garantiza el uso eficiente y ecológicamente sostenible de los ecosistemas en los que se desarrolla la actividad económica.
Es este reconocimiento implícito del valor del capital humano y del capital social de muchas comunidades el que debemos defender como base para la toma de decisiones políticas, en lugar de las que actualmente fundamentan estas decisiones y que se consideran todavía probadas “científicamente”. Y eso a pesar de trabajos como el de Elinor Ostrom, que además cuenta con el reconocimiento del Premio Nobel en Economía.
PATRICIA SOLAUN GONZÁLEZ – ECONOMISTAS SIN FRONTERAS