ESTHER DUFLO

Nacida en París en 1972, Esther Duflo es catedrática de Economía en el MIT y premio Nobel de economía en 2019 junto con Abhijit V. Banerjee y Michael Kremer. Es así la segunda mujer que recibe este premio y la persona más joven a la que se lo han concedido.

Sus investigaciones se centran en los países en vías de desarrollo. Ha estudiado cómo se comportan las familias, ha investigado sobre la educación, el acceso a financiación o la salud, realizando una evaluación de las políticas públicas. Ha dado un impulso a la experimentación social de campo como metodología para el estudio de las relaciones causales en la economía y poder así luchar contra la pobreza. Apuesta pues por una innovación social rigurosa. Sus aportaciones han sido cruciales para impulsar la economía del desarrollo y repensar las políticas contra la pobreza

  • 2019 Nobel de Economía
  • 2015 Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales
  • 2010 Medalla John Bates Clarak, a economistas menores de 40 años por su contribución al pensamiento y conocimiento económico

BUENA ECONOMÍA PARA TIEMPOS DIFÍCILES

Una de las primeras cosas que nos queda clara tras leer “Buena economía para tiempos difíciles” es que las personas no queremos migrar. Son los más resueltos o los que no tienen más remedio para poder salvar su vida los que migran. En general preferimos quedarnos en nuestro entorno cerca de nuestra familia y amigos.

Sin embargo, los ciudadanos de los países que reciben a los migrantes piensan que la cantidad de inmigrantes que entra o está a punto de entrar en sus países es mucho mayor que la que en realidad es. También piensan que los inmigrantes poco cualificados hacen disminuir los salarios de los trabajadores de los países de acogida, cuestión esta que queda refutada por los estudios de campo realizados. Los trabajadores “nacionales” cambian a puestos de trabajo más especializados y suelen cobrar salarios más altos mejorando su situación social.

Además de hablar de inmigración también habla del crecimiento, del que dice que sólo beneficia a unos pocos afortunados. Se abusa de la lógica económica poniendo al crecimiento como objetivo único de tal manera que para que unos ganen otros deben perder con lo que no se mejora la vida de la ciudadanía. Para no entrar en ese juego de ganadores y perdedores, propone unas ciudades más justas y mejor organizadas que podrían generar potencialmente oportunidades de crecimiento completamente nuevas para todos los países sin llevarse el crecimiento de ninguna otra parte. Según nos expone, la manera de hacer economía no tiene que ser la que se está haciendo, nada nos impide construir un mundo más humano y más justo, sin embargo remarca que hay personas cuya fe ciega, su egoísmo o su falta de entendimiento de la economía les hace pensar que no se puede cambiar. Comenta como el FMI, bastión de la ortodoxia del crecimiento por encima de todo, ha reconocido que es una mala política sacrificar a los/as pobres para promover el crecimiento.

Otro tema que trata es el del PIB. Lo concibe como un medio, no como un fin. Si un aumento del mismo crea empleo, sube salarios o engorda el presupuesto del Gobierno para que pueda redistribuir más, es muy positivo. Sin embargo, el objetivo siempre tendrá que ser mejorar la vida de las personas, en especial las que se encuentran en una peor posición. Buscar el bienestar de los/as más desfavorecidos/as influye en la transformación de la vida de millones de personas de forma más profunda que si destinamos todos nuestros esfuerzos en aumentar el crecimiento de los países más ricos.

Propone impuestos más altos a los ricos para limitar la desigualdad, más ayuda a los/as pobres tanto nacionales como extranjeros/as, una migración y un comercio más libre, pero con más ayuda para los/as que salen perdiendo.

Las personas no queremos migrar. Son los más resueltos o los que no tienen más remedio para poder salvar su vida los que migran. En general preferimos quedarnos en nuestro entorno cerca de nuestra familia y amigos.

ESTHER DUFLO

La desigualdad no es una consecuencia de cambios tecnológicos que no controlamos, es el resultado de decisiones políticas.

ESTHER DUFLO
  • 2011. Repensar la pobreza: un giro radical en la lucha contra la desigualdad global.
  • 2019. Buena economía para tiempos difíciles.

Con un lenguaje muy accesible y didáctico Duflo hace un repaso de los problemas económicos que tiene nuestra sociedad en estos tiempos difíciles. Su propuesta no puede estar más cerca de lo que opino: la economía debe estar al servicio de todas las personas. Mejorar la vida de las personas debe ser el objetivo, no otro.

En los países desarrollados, teniendo en cuenta los límites del planeta no nos podemos preguntar qué hacer para crecer más, sino plantearnos qué debemos proponer para mejorar la calidad de vida del ciudadano medio. Sin embargo, como muy bien dice Duflo, calidad de vida no se debe interpretar como mayor consumismo. Los ciudadanos de los países ricos y en general los ricos del mundo tienen una enorme responsabilidad en cualquier cambio climático futuro por su consumismo y despilfarros ilimitados.

ROSARIO GOÑI CALVO – ECONOMISTAS SIN FRONTERAS